Viaje a Roma
La pasada semana de junio, desde el día 11 hasta el día 16, los alumnos de segundo de Bachillerato tuvimos la oportunidad de disfrutar de la ansiada excursión a Italia.
Esta salida fue para todos una recompensa después de un año de duro trabajo, por lo menos en la mayoría de los casos. Después de muchos años de espera y de ver como los “mayores” marchaban emocionados en el viaje, por fin nos tocó a nosotros experimentar esa sensación, y vaya se pagó la pena toda esta espera.
Durante estos días visitamos un montón de ciudades: Venecia, Bolonia, Florencia, Pisa, Siena y Roma. De todas ellas marchamos con un ciento de recuerdos, tanto con nuestros amigos y compañeros como con nuestros profesores: Xan, María, Hugo y Pablo, a los cualwes agradecemos que nos hayan acompañado.
Aprendimos cientos de cosas con nuestros profesores y con las visitas que tuvimos a monumentos. Observamos miles de obras de arte, encontrándolas en cualquier rincón de las ciudades. Nos conocimos más entre nosotros, haciendo amistades que quizás en un aula nunca sucederían.
Creo que la mayoría de nosotros no cambiaría nada de lo que tuvimos la oportunidad de vivir porque, aunque pasáramos por un diluvio en Pisa, acabando congelados, o que casi no entráramos al Vaticano, los momentos que llevamos con nosotros nunca podrán ser igualados. En palabras de compañeros míos “Si estuve aquí seis días, llevo historias para estar hablando veinte”.
Tras tanto tiempo juntos, tantos kilómetros recorridos (acompañados por nuestros conductores de bus, a los cuales terminamos cogiendo cariño), tantas risas y tantas charlas, llegó el momento de regresar a casa. Volvimos cansados, con ganas de llegar y ver a nuestras familias, contentos por todo lo acontecido en tan sólo una semana, pero con ganas de que durara un poquito más.
Es que todo el bueno acaba, pero todos los recuerdos que llevamos quedarán siempre con nosotros.
Laura Suárez Ares